Índice de Contenidos
- 1 Cámaras analógicas Leica: Historia de la compañía que revolucionó la fotografía
- 1.1 Historia y fundación de Leica.
- 1.1.1 Oskar Barnack crea la Ur-Leica
- 1.1.2 La primera cámara de 35mm fabricada en Serie: La Leica I
- 1.1.3 Innovación y revolución del mundo fotográfico
- 1.1.4 Segunda Guerra Mundial y el legado de Ernst Leitz II
- 1.1.5 Nuevos competidores, nuevos desafíos para Leica
- 1.1.6 Primeras cámaras digitales Leica y la lucha por la permanencia
- 1.1.7 Leica a día de hoy
- 1.2 Guía de Compra Leica M
- 1.3 ¿Cuál es la Leica más cara?
- 1.1 Historia y fundación de Leica.
Cámaras analógicas Leica: Historia de la compañía que revolucionó la fotografía
Hubo un tiempo en el que la fotografía significaba una gran cámara, un trípode y el correspondiente cambio de placas por cada disparo. Además de esas sábanas negras por encima de la cabeza que tan lejos nos quedan hoy en día.Pero entonces ocurrió algo que llevaba grabado en sí el nombre de Leica. (Para los finos y precisos así es cómo se pronuncia Leica):
Las Leicas eran cámaras extremadamente compactas para la época equipadas con lentes que permitían a los fotógrafos trabajar en exteriores con una amplia gama de situaciones lumínicas. Estas cámaras ofrecieron la capacidad de capturar la vida y la acción sin esfuerzo. En muchas ocasiones permitiendo al fotógrafo pasar desapercibido y liberándolo de cargar con material y accesorios realmente pesados.
A día de hoy y grabado a fuego en nuestra lista de fetiches, se encuentra ese círculo rojo pasión. Y con él todo lo que conlleva: Iconicidad, historia, estética, calidad, buen-rollismo…
Llámalo como quieras. Entre nosotros quedará como Leica 🙂
Historia y fundación de Leica.
Fundada en la ciudad alemana de Wetzlar bajo el nombre de “Optisches Institute” en 1849 por Carl Kellner, la empresa comenzó sus andaduras fabricando lentes y microscopios. Más tarde, y debido a la muerte de Kellner, la compañía pasó a llamarse en 1869 “Ernst Leitz GmbH”.

Nombre que mantuvo más de cien años y no cambió hasta 1986 cuando los hijos de Leitz se retiraron de la firma. Pasándose a llamar “Leica GmbH”. Nombre fruto de la fusión de las tres primeras letras de Leitz y de las dos de Camera. Estableciéndose así en la marca comercial la más que conocida denominación Leica.
Finalmente, en 1998 la empresa vuelve a renombrase y se queda con el actual “Leica Camera AG”.
Finalizando con este breve repaso a la fundación de Leica pasemos a conocer al hombre que se encargó de la asombrosa gesta de crear nada más y nada menos que la primera cámara fotográfica de 35mm:
Oskar Barnack crea la Ur-Leica
Entre 1912 y 1913 Oskar Barnack, inventor, ingeniero en la empresa Leitz y fotógrafo alemán, diseñó la “cámara liliputiense” (el mismo Oskar la bautizó como tal). Su producción fue de dos modelos, aunque se cree que fueron tres.
Hasta ese momento los negativos dictaban el tamaño de la imagen final. Necesitándose grandes placas para obtener grandes fotografías.
Pero Oskar tuvo una gran idea. Logró adaptar la película de 35mm (hasta ese momento utilizada únicamente en el cine) a su pequeña cámara. Los carretes de esta película daban la posibilidad de realizar más fotos sin tener que cambiar de placa en cada fotografía y de ampliarlos tras la exposición. Nacía así el conocido formato de 24x36mm.
Esto fue un gran hito no solo en la historia de la fotografía sino en la de Barnack. Padecía asma y cargar con las pesadas cámaras de placas lo dejaba asfixiado. Logró superar esta condición con su genial Leica Original (Ur-Leica).
El gran invento hizo que Ernst Leitz II alentara a Barnack a continuar el desarrollo de este. Perfilándose la idea de llevar estas cámaras a producción para ofrecerlas al público.
En 1925 y tras la I Guerra Mundial, otro prototipo, la Leica 0 “Null-Serie”, y muchos informes que desterraban la idea de producir cámaras con semejante crisis de posguerra, Leica lanzó la Leica I.
La primera cámara de 35mm fabricada en Serie: La Leica I
El tercer prototipo antes mencionado fue la llamada Leica 0 “Null-Serie”. De las 31 unidades que en un principio se pensaba construir, sólo 21 se finalizaron. Numeradas del 100 a 130, se sabe que el prototipo nº 105 perteneció a Barnack y el nº 104 se destinó al museo de Leica.

Estos prototipos se distribuyeron entre clientes selectos y personal que calificaría la calidad de estos. Los informes no apoyaban para nada la fabricación de una cámara comercial. Pero Ernst Leitz II y Barnack eran imparables. Después de ligeras dificultades para elegir el nombre, se formalizó el de Leica. Contracción como hemos visto antes de Leitz Camera.
Nacía así en 1925 la primera cámara fabricada en serie, la Leica I (Denominada también como modelo A). Montaba en su cuerpo un objetivo fijo Leitz Elmar (mas tarde se llamó Elmax) 50mm f/3.5, un visor telemétrico y un obturador de cortinilla. Permitía velocidades de obturación desde 1/25 de segundo hasta 1/500. La película de 35mm contaba con 36 exposiciones y avanzaba mediante un perno que enrollaba la película y levantaba el obturador.

La compacta, elegante y discreta Leica I hizo que se produjeran hasta el 1932, 58.735 unidades. Todo un éxito y una auténtica revolución para el público. Gracias a las características de la cámara, a que cabía en el bolsillo de la chaqueta y a sus 36 exposiciones sin cambiar de carrete, se desarrolló el fotoperiodismo. Los reporteros y artistas veían en la Leica una herramienta cómoda, rápida y flexible que permitía desarrollar el estilo y técnicas fotográficas.
Innovación y revolución del mundo fotográfico
Los fotógrafos y usuarios de Leica pronto demandaron más características y mejores capacidades. E. Leitz refinó entonces su modelo insignia y lanzó la Leica I modelo B, modelo C (incluyendo por primera vez objetivos intercambiables), un modelo más asequible de la Leica Original y, finalmente, la Leica II, Modelo D (“Couplex” para el mercado francés”).
Esta cámara gozó de una popularidad tremenda y la demanda fue tal que se tuvo que reemplazar el ensamblaje manual por uno industrial. Contaba con el telémetro ya acoplado al objetivo. Este constaba de un juego de espejos y dos visores, uno para encuadrar la imagen y otro para enfocar. Además de los objetivos habituales se sumaron los Summar 50mm f/2, Hektor 50mm f/2.5, Hektor 73mm f/1.9, Elmar 90mm f/4, Elmar 105mm f/6.3 y Elmar 135mm f/4.5.

Hasta la incorporación de la Leica II, había unas 90.000 cámaras ya en uso. Pues sólo de Leicas II se fabricaron unas 53.000 unidades, más de la mitad de todas las anteriores ensambladas.
Continuó el desarrollo con la Leica Estándar, Modelo E y a continuación la Leica III, Modelo F. Poco a poco se incluyeron mejoras que no hicieron más que aumentar el prestigio de la empresa. Aunque, el auge de popularidad de la compañía, acarreó también el de la competencia.
El mercado fotográfico estaba viviendo años increíbles y nadie quería dejar pasar la oportunidad de adentrarse en él. La introducción de la película fotográfica también fue un factor multiplicador del éxito de las cámaras de la época. Durante esos años, el mayor rival de Leica era Carl Zeiss y su Contax.
Segunda Guerra Mundial y el legado de Ernst Leitz II
Fue entonces cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y la producción de “Leitz Werke” se vio interrumpida. Aun así, las cámaras Leica fueron la herramienta principal de muchos reporteros, artistas, periodistas y profesionales que captaron la guerra con una calidad nunca jamás vista antes.
La continua demanda hizo a la empresa establecer en 1949 un moderno laboratorio de fabricación de lentes para sus objetivos (Leitz Glass Research Laboratory). Al poco de hacerlo la compañía alcanzó la cifra de un millón de objetivos producidos.
En 1954, en la legendaria feria de Photokina en Colonia, se presenta la Leica M3. El primer modelo de Leica que incorporaba la montura de bayoneta. Esta característica fue una idea brillante ya que permitía el rápido cambio de objetivos. Desde ese momento todas las cámaras pertenecientes a la Serie M de Leica tienen la misma montura de bayoneta y pueden compartir objetivos.
Ernst Leitz II murió en 1956. Sus tres hijos, Ernst Leitz III, Günther Leitz y Ludwig Leitz tomaron las riendas de la empresa. En esta época la rivalidad Leica-Zeiss se vio gratamente intensificada gracias a la Contax FB, la clara competidora de la M3.
Nuevos competidores, nuevos desafíos para Leica
Los años 60 vinieron marcados por el lanzamiento de la Nikon F. El mercado cada vez estaba más y mejor poblado, ofreciéndose un catálogo de cámaras analógicas excelentes. El mismo año de lanzamiento de la Nikon F aparece la Leica M1, pensada para acoplarla a microscopios y telescopios.
Al igual que le ocurrió a Canon, Leica tardó en reaccionar al movimiento réflex de Nikon. No fue hasta el 1965 cuando apareció la primera réflex de la compañía, la Leicaflex. Aunque su calidad óptica y mecánica eran excelentes, las ventas fueron bastante reducidas debido a su alto precio. A estos modelos le siguieron la Leica SL (1968) y la SL2 (1974).
Durante el resto de los años 60 Leica se dedicó a la producción y fabricación personalizada de cámaras para cada cliente. Algunos fueron la armada sueca o la misma NASA.
En el 1964 arrancó la producción de la Leica MD, como sucedió con la Leica M1, también estaba pensada para su uso con telescopios y microscopios. Esto hizo que no incorporara ni telémetro, ni fotómetro ni visor (aunque pudiera acoplarse el visor Visoflex). Este modelo se renovó en 1966 bajo el nombre de Leica MDa y en 1980 por última vez bajo el nombre de Leica MD-2.
El siguiente modelo importante de la empresa fue la Leica M5, que por primera vez incluía fotómetro, aunque esto no impidió que a nivel comercial fueses un desastre. De la asociación con Minolta surgieron cámaras compactas como las CL y, sobretodo la serie R. Gama en la que Leica depositó todas sus esperanzas ya que el mercado japonés estaba ofreciendo cámaras con una relación calidad-precio excelente y la serie M tuvo que frenarse por esta razón en la Leica M4-2 (1976).
Primeras cámaras digitales Leica y la lucha por la permanencia
La apuesta de la Serie R y de la Leica R3 de 1976 se basaba en la conversión electrónica que estaba sufriendo el mercado de cámaras analógicas. Con esta gama Leica reemplazaba sus Leicaflex abriendo toda una nueva serie de cámaras que cada vez incorporaban más avances. La Serie R a día de hoy ha dejado de fabricarse por no ser rentable para la compañía. El último modelo fue la Leica R9 (2002).
Las cosas cada vez pintaban más negras para Leica y la necesidad de tomar una nueva estrategia era inminente. Es entonces cuando deciden centrarse en su aclamada serie M.
Se lanza en 1984 la Leica M6, modelo bastante aclamado por los fanáticos y compradores gracias a la incorporación de un fotómetro TTL.
Ya en el segundo milenio aparece la Leica M7 (2002). La última de la serie M en ser completamente analógica. A partir de la M7 y debido a la presión que el mercado digital ofrece, los modelos consecutivos son completamente digitales.
Durante los años 80 y 90, Leica sufre una crisis tremenda. Los hijos de Leitz se retiran de la firma y se crea Leica GmbH. Las pocas ventas de la firma hacen que las plantas de producción se relocalicen a países con una mano de obra más barata. A este movimiento le siguen acuerdos y colaboraciones con otras compañías como Panasonic para poder mantener viva la marca.
En el 1996 se introduce la Leica S1. Una cámara digital de medio formato y en 2008 la Leica S2, cámaras que ofrecen resoluciones impresionantes. Además, se incorporan toda una serie de compactas y se diversifica la oferta por parte de la compañía.
Leica a día de hoy
Todos los movimientos y estrategias tomados por parte de la compañía en los últimos 25 años han logrado mantener a flote su legado. Leica a día de hoy sigue apostando por una calidad excepcional y una fabricación del más alto nivel.
Y aunque claramente su público objetivo no suele ser el mismo que el de Nikon o Canon. Gamas más asequibles, cámaras compactas y colaboraciones como la reciente con Huawei en su P9 o P10, hacen que cada vez se acerque más la calidad a los usuarios exigentes que miran por su dinero.
Leica sigue viva y todavía tiene mucha guerra por dar.
Guía de Compra Leica M
A la pregunta: ¿Tiene sentido comprarse una Leica? Encontrarás respuestas tanto de puros fanáticos como de los detractores más profundos que puedan existir. Entrar en el terreno del “círculo rojo” es algo que acarrea sus consecuencias.
Si eres uno de esos detractores, te recomendaría tomártelo con calma. Aquí hablaremos desde la razón. Desde luego que para muchos desembolsar 2000 euros en una cámara es una auténtica locura. Pero déjame decirte que hay una razón detrás de ello, y si no la ves quizá deberías leer otra vez la historia de Leica.
La lista de legendarios fotógrafos que han usado, amado y hecho suya una Leica M es enorme. Desde nombres como Joel Meyerowitz, Nan Goldin, Olaf Willoughby, Stuart Franklin a el mismísimo Henri Cartier-Bresson, Robert Doisneau o Sebastiao Salgado.
Es cierto que cuando compras una Leica no solo estás comprando una cámara. Estas comprando un trozo de historia. Estas adquiriendo sensaciones: Disfrute, orgullo, deseo…
Si eso no justifica para ti gastar la cantidad de dinero que vale una cámara así, no pasa absolutamente nada. Por el mismo precio y muchísimo menos encontrarás otras opciones excelentes y que colmarán con creces tus expectativas.
Lo que no tiene sentido es odiar o rechazar algo primero por su precio, segundo porque no sea la opción que se ajuste a ti y tercero por que no te guste.
Hecha esta introducción que nos sirve a modo de “espanta trolls”, podemos proceder a analizar la serie M de Leica y sus puntos clave.
Serie M de Leica
Si llevas tiempo dándole vueltas a la idea de comprar una Leica espero que esta guía te ayude. Sobre el tema hay escritos infinidad de libros y artículos que cubren de una manera muy profunda el tema. Esta guía puede servirte a modo de comienzo y de conocimiento avanzado.
Aun así, te recomiendo que compagines esta guía con otras fuentes para lograr adquirir un conocimiento claro antes de dar el paso a la compra.
Empecemos por unas preguntas básicas.
¿Prefieres disparar en analógico o en digital?
Aunque la experiencia auténtica de Leica se centre más en sus cámaras analógicas, las digitales son también una opción. A día de hoy puedes disfrutar de la Leica M8 (la más barata), M9 y la reciente M10 si lo que quieres es disparar en digital. También tienes la M-E (muy parecida a la M9 por un poco menos de precio).
Y si el dinero no es un problema para ti dispones de los topes de gama como la Leica M10, la M y la Monochrom.
En el mundo analógico es donde las cosas se ponen más interesantes. Diferentes precios que permiten diferentes presupuestos… 🙂
¿Cuánto quieres gastar?
Está claro que esta pregunta es básica. Normalmente a ese presupuesto deberás sumarle algo más porque esas casualidades/chollazos de encontrarte una Leica M2 por 5$ no suelen ocurrir…
Como norma, desconfía de vendedores que varíen el precio de mercado de segundamano de una cámara analógica por encima del 30-40%. El precio del cuerpo de una Leica original suele rondar los 700-1000€ (Por ejemplo, en el caso de la MP o M7 será mucho más). Aparte tendrás que sumar el objetivo.
Recuerda que hablamos en todo momento de cuerpos de cámaras corrientes. Si te vas a por cámaras raras o cámaras Leica de colección es otra historia. Más abajo verás la subasta por la Leica más cara de la historia. Ni te imaginas el precio de venta…
¿Necesitas que tenga fotómetro?
Como puedes imaginar no todas las cámaras de la compañía incorporaban esta funcionalidad. Aunque para muchos este detalle pueda ser algo prescindible, piensa si es algo que condicionará tu compra. Si es así, estas son tus 4 opciones (Aparte de la CL y CLE, pero como no pertenecen a la Serie M, no hablaremos de ellas):
Leicas con fotómetro:
Leica M5
Conocida como la hija bastarda o el “patito feo” de Leica. Fue la primera M con fotómetro y TTL. Además de la última construida totalmente a mano en Wetzlar. Aun siendo una increíble cámara nunca llegó a ser un éxito a nivel comercial. Su diseño distaba bastante del de sus hermanas y quizá por eso se quedó relegada en cuanto a popularidad.
Como vimos en la historia, fue en este modelo en el que Leica se replanteó el sentido de su serie M. Cambiando de rumbo completamente centrándose en la Serie R y enterrando la M.
A pesar de todo, es una cámara excelente. Precisa, silenciosa, equilibrada y con muy buen fotómetro. Cuenta con algunas ventajas respecto al resto como que se puede colgar tanto horizontal como vertical. Que la rueda de velocidades sale del cuerpo de la cámara para que sea más fácil encontrarla. O que es algo más grande que el cuerpo “estándar” de la serie M.
Las únicas desventajas de esta cámara son su dificultad para ser reparada y sus baterías. Las originales al ser de mercurio ya no se fabrican. Aunque esto tiene fácil solución mediante pilas sustitutorias o adaptadores para otros modelos.
Es muy posible que por el precio por el que puedas encontrarla satisfaga con creces tu apetito de Leica. Eso sí, asegúrate de comprar un modelo en buenas condiciones (no lo tendrás muy fácil para repararla).
Aunque no para todo el mundo, si eliges la M5 tendrás una Leica “diferente” y tremendamente especial.
Leica M6
Para muchos la mejor y más legendaria de la serie M. Una cámara ligera, robusta y con lo esencial. Pero sobretodo accesible.
Fácil de encontrar, sin un precio disparatado, con las prestaciones esenciales y reuniendo todas las características que el bueno de Barnack ansiaba en una cámara. Eso sí, encontraras bastantes modelos de esta pequeña joya. La versión TTL es una gran incorporación a la serie, pero su fotómetro resulta más frágil que el de las no-TTL.
Desde luego, puestos a elegir la versión, yo escogería la de Leitz Wetzlar, la original. Para muchos fue la última Leica “de verdad”. La construcción en las instalaciones de Wetzlar estaba fuera de lo común. Aunque el precio también pueda estarlo a veces… 🙂
La única desventaja de esta cámara al igual que ocurre con la M6 TTL, la M7 y la MP es el diseño del compartimento para las baterías. Sí, esa tapita que esta donde normalmente se encuentra el temporizador es el compartimento de las baterías. No es de agradable acceso y desde luego nos deja pensando en cómo Leica no encontró una mejor solución a este punto.
La M6 es una cámara increíble para iniciarse en el ecosistema Leica. Aun teniendo fotómetro sigue siendo una cámara completamente mecánica, lo que se traduce en que puedes usarla perfectamente sin el fotómetro. Ojo, no confundamos que sea un modelo excelente para iniciarse en Leica con que sea una cámara menos capaz. Para que te hagas una idea, este modelo es el predilecto de fotógrafos como Joel Meyerowitz o Bruce Gilden.
Así que, si quieres disfrutar de una “bestia”, y no quedarte con la cartera mordida por ella. Leica M6 es el nombre de tu nueva mascota.
Leica M7
La Leica de película más electrónica que vas a encontrar. Sigue siendo producida y vendida por la compañía y cuenta con modo prioridad a la apertura y control de compensación de la exposición.
Las diferencias con la M6 no son tantas más allá de un mejor fotómetro, el modo de prioridad de apertura y el lector de códigos DX. La M7 no es mecánica y si te quedas sin batería sólo podrás disfrutar de dos velocidades: 1/60s y 1/125s. Algo bastante fuera de la línea del resto de M’s.
Para muchos fotógrafos por esta razón la M7 no es una compañera en la que confiar tan ciegamente. Eso sí, para los fotógrafos que quieran disfrutar del modo de prioridad a la apertura y de la posibilidad de comprar una Leica completamente nueva este es su modelo.
Leica MP
Esta cámara es una auténtica burrada. Quizá por eso su precio base ronda los 7000 euros. (Sí, has leído bien). MP son las siglas de nada más y nada menos que “Mechanical Perfection”, pretencioso, pero no muy lejos de la realidad.
Desde luego que esta no es la cámara que yo compraría si quisiera iniciarme en Leica. La M6 es una opción que satisface por completo la mayoría de necesidades del usuario medio y por una fracción del precio de esta.
Pero no podemos dejar que el precio empañe lo que realmente es esta cámara. Es un modelo que Leica todavía fabrica y que se ha convertido en el representante de nuestra época de la serie M.
Mecánica, con fotómetro, simple y diría que rozando la perfección es la Leica M definitiva. Este modelo está disponible en negro y en plata cromada y con visores con una magnificación de 0,58, 0,72 y 0,85.
Si el dinero no es un problema para ti y quieres posiblemente la mejor Leica M, no dudes en adquirir la Leica MP.
Si como hemos visto antes no es esencial que tu Leica incorpore un fotómetro estas son tus opciones:
Leicas sin fotómetro
Leica M3
¿Te suena verdad? La cámara de Henri Cartier-Bresson y otros tantos fotógrafos. Para muchos la mejor cámara y mejor Leica jamás fabricada. Cuenta con un precioso visor (además de muy luminoso) y es ideal para lentes de 50mm. Por desgracia, sin adaptadores no puede usar objetivos de 35mm. Y no cuenta con marcos más que para lentes de 50mm, 90mm y 135mm.
Si disparas con 50mm y no te importa que no cuente con fotómetro la M3 debería ser tu primera opción.
Al ser un modelo “best-seller” no debería costarte mucho encontrar una buena oferta. Aquí yo dejaría de lado el aspecto visual (siempre y cuando no esté destrozada) y me centraría en que funcione bien. Si de verdad quieres esta cámara puedes permitirte que visualmente no esté perfecta. Sólo con la sensación de tenerla entre tus manos olvidaras este o aquel arañazo…
Esta es tu cámara si eres un amante del 50mm y quieres sentir la comodidad, la suavidad y lo que significa la precisión que tanto enamoró a fotógrafos como Bresson.
Leica M2
Si antes hablábamos del 50mm ahora lo hacemos del 35mm. Leica, para despistar al novato y al contrario de lo que sería el orden lógico, lanzó la M2 después de la M3.
Gracias a las quejas de los reporteros y fotógrafos callejeros se incluyó el soporte para los objetivos de 35mm. La M2 logró ser aún más popular que la M3 dada esta característica y la incorporación de marcos para las lentes de 35mm. Es una cámara excepcional y sin duda podrás encontrar buenos precios por ella.
La única desventaja es el sistema de cambio de película el cual, si no estás familiarizado puede llegar a ser un auténtico peñazo. Además, no cuenta como lo hacía la M3 con el contador de exposiciones de retorno automático, te tocará a ti hacer esta función.
Si la Leica M3 era la destinada a los amantes del 50mm. La Leica M2 es para los forofos del 35mm. Si este es tu objetivo de referencia esta es tu mejor opción.
Leica M4
Considerada como la última “evolución“ de la serie M. Mantiene los acabados y las sensaciones aportados por la M3 y M2 pero incluye bastantes mejoras: marcos para 35, 50, 90 y 135 mm, una carga de película y de rebobinado mucho más rápida y un contador de exposiciones que sí se reseteaba automáticamente.
Esta fue la última de las Leicas sin fotómetro y para muchos la cámara que acabó una era para Leica. Es una cámara preciosa y con todas las características que ya me he cansado de enumerar pertenecientes a su familia.
Se lanzaron muchas versiones, pero las más populares fueron la plateada y la negra cromada. En otras palabras, el híbrido perfecto y mejorado de la M3 y M2.
Perfecta si quieres adquirir una cámara Leica considerada como la culminación de la época dorada de la compañía. Eso sí, no esperes pagar el precio de una M3 o M2.
Se me olvidaba, fue la cámara preferida de Garry Winogrand. Dato importante.
Leica M4-P / M4-2
Dado el éxito de la M4, se lanzaron otras versiones como la M4-P o M4-2 que tenían como objetivo abaratar los costes de producción de la original. Esto fue tan criticado como alabado ya que, por un lado, se consideran “leicas baratas” con recortes en su fabricación. Pero también es cierto que por otro lado fueron los modelos que salvaron a la marca de desaparecer en la década de los 80.
Ambas mantenían la “mecanicidad” característica. La diferencia más notable son los marcos. En la M4-P, llegan hasta la focal de 28mm y en la M4-2 sólo hasta los 35mm.
Puedes comprarlas por mucho menos que el resto de la serie M y realmente son muy buenos modelos. Son una excelente opción para iniciarse en el mundillo y desde luego que te ofrecerán mucha diversión.
Hasta aquí este repaso a la serie M. Espero que te haya servido de ayuda y tengas más claro por dónde empezar a investigar para comprar tu primera Leica. O quién sabe, quizá ya vas por unas cuantas…
Desde luego que la Serie M es adictiva y lo que empieza como “mi primera Leica”, acaba siendo: sólo una más, que ya casi las tengo todas.
Recuerda también que una estrategia bastante inteligente es ir a por un cuerpo no muy caro como el de las M4-2 o M4-p y empezar a invertir en ópticas, que hay también unas cuantas…
Pero eso ya es otra historia y otra guía completamente diferente 🙂
¿Cuál es la Leica más cara?
¿Os acordáis de la cámara analógica Nikon 1 y su precio de venta? Cuando hablé de ella en la sección de Nikon vimos como alcanzó en subasta un valor de 400.000€. Cifra cuando menos impresionante. Pero amigos, Leica una vez más tiene algo que decir.
En 2007 se puso a la venta mediante subasta uno de los primeros prototipos de Leica. La Leica perteneciente a la serie-0 o “null-serie”. Era uno de los 25 modelos que se crearon (de los cuales sólo 12 se saben que hayan sobrevivido al paso del tiempo) antes de poner a la venta la Leica A, el primer modelo comercial de la empresa.
La subasta comenzó con casi el precio de la cámara más valorada de Nikon, 390.000€, y en cuestión de minutos, un comprador anónimo alzó la mano ofreciendo 2.160.000€.
O lo que viene siendo lo mismo, 2.16 millones de euros. Recalquemos la palabra “millones”.
Aquí podéis ver el video de la famosa subasta:
Y como dato curioso, aunque no haya alcanzado la misma cifra, hace poco se subastó la Leica de Alberto Korda. ¿No sabes quién es? Quizá esta imagen te ayude:
Este pedacito de historia alcanzó un precio online de 18.000€.